En una noche vibrante que fusionó lo mejor de la moda con la cultura mexicana, Carolina Herrera presentó su esperada colección Resort 2025 en Ciudad de México, un evento que no solo celebró la herencia de la marca, sino que rindió un homenaje auténtico y visceral a las raíces de este país. Bajo la dirección de Wes Gordon, la pasarela se desplegó en el emblemático Museo Anahuacalli, un espacio creado por el legendario Diego Rivera, donde cada prenda pareció contar una historia llena de color, tradición y elegancia contemporánea.
Con 64 looks que deslumbraron tanto por su modernidad como por su evocadora conexión con la cultura mexicana, la colección Resort 2025 se erigió como un canto vibrante a la historia del país.
Raíces mexicanas en cada puntada
La colección no solo brilló por su modernidad, sino por su capacidad para incorporar símbolos profundamente mexicanos. Desde los bordados Otomí de la Sierra de Hidalgo hasta los detalles de charrería, cada prenda evocó la riqueza cultural del país. Los vestidos se adornaron con aplicaciones metálicas, cinturones de seda con bordados florales y acabados que recordaban la fusión de las tradiciones indígenas y coloniales. Gordon, con su particular visión contemporánea, logró fusionar lo mejor de la herencia mexicana con la sofisticación que caracteriza a la firma, creando una colección que es tan moderna como respetuosa con el pasado.
Un encuentro de estrellas
El front row estuvo repleto de personalidades del cine, la televisión y la cultura, quienes acudieron para celebrar tanto a la marca como a la fusión de la moda con la cultura mexicana. Entre los rostros destacados se encontraban Yalitza Aparicio, Mabel Cadena, Juanpa Zurita y Luis Gerardo Méndez, quienes no solo admiraron los diseños, sino que también fueron parte de esta experiencia cargada de emoción y energía positiva.
Un homenaje a la belleza mexicana: Un desfile inolvidable
Carolina Herrera Resort 2025 fue más que una colección; fue un tributo al alma vibrante de México. Con cada puntada, cada bordado y cada elección cromática, Wes Gordon no solo celebró la esencia de la marca, sino que rindió homenaje a las raíces de un país que ha influido de manera decisiva en la historia del arte y la moda. La pasarela fue un testamento de que la moda, cuando se hace con pasión y respeto, puede trascender las fronteras culturales y convertirse en un lenguaje universal.
En esta colección, Herrera y Gordon demostraron que la moda es mucho más que un reflejo del presente: es una forma de conectar generaciones, honrar tradiciones y, a la vez, proyectarse hacia el futuro. Con este desfile, la firma consolidó su lugar como una de las más influyentes del panorama global, haciendo de cada prenda una pieza de arte que habla de un México lleno de vida, historia y belleza.