Clásico y sensual, el Cat Eye ha prevalecido a lo largo de la historia del maquillaje, incluso con un par de variantes. Estos son los trucos detrás del delineado más amado por las chicas.
El delineado más clásico sigue siendo uno de los grandes favoritos. Y es que no importa si quieres un maquillaje para el día o noche, ya que su trazo es acertado para cualquier ocasión. Es que además de alargar el ojo y potenciar la mirada, es ideal para todo tipo de ojos.
Aunque se ha ido reinventando a lo largo de la historia, nació de la inspiración felina, por lo que se conoce como delineado de ojos de gato (cat eye). Es uno de los delineados predilectos en las pasarelas de los diseñadores de más renombre como Dior y Valentino.
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Su origen se remonta al antiguo Egipto y su mayor exponente fue Cleopatra, que usaba cobre y malaquita para crear los trazos. Se dice que las mujeres se delineaban los ojos de gato para ahuyentar los malos espíritus. Sin embargo, después se convirtió en una forma de mostrar estatus social para terminar en un signo de belleza para personas de cualquier rango.
Después de su resurgimiento en los años 20, fue el estilo cotidiano durante los años 50 y 60. Es por eso que Marilyn Monroe y Audrey Hepburn adoptaron este delineado, aprovechando también la invención del delineador líquido.
En la actualidad, se pueden encontrar diversas variantes de Cat Eye, ya que los maquillistas se están atreviendo a experimentar con él, con trazos más gruesos o alargados. Lo cierto es que es un delineado que se sigue reinventando para seguir siendo versátil en este mundo del maquillaje.